miércoles, 14 de noviembre de 2007

Σωβρε ελ κομικ


SOBRE EL COMIC:

Frank Miller tenía la Batalla de las Termópilas grabada a sangre y fuego desde que en su infancia vió la película El León de Esparta (The 300 Spartans, 1962), que fue una de sus grandes influencias de la infancia, por lo que cuando se consideró capacitado para ello, dedició dar su propia interpretación de aquel hecho. Así, Miller haría en el cómic algo equiparable a lo que el director Ridley Scott hizo poco después con la película Gladiator (2000): una obra que retomaba un género totalmente abandonado en Estados Unidos (el histórico), y lo hacía a lo grande, de la mano de un autor ya plenamente consgrado, y con excelentes resultados.
Siguiendo la analogía, y como pasó con Gladiator, la industria saludó la osadía con una salva de premios; en los Premios Eisner de 1999, 300 arrasó con tres de los premios más importantes: Mejor Serie Limitada, Mejor Guionista/Dibujante y Mejor Color. Es decir, algo así como si hubiera ganado el Óscar a la Mejor Película, el Mejor Director y la Mejor Fotografía. En españa, se llevó el Premio a la Mejor Obra Extranjera en el Salón del Cómic de Barcelona de 1999. Publicada en EEUU por Dark Horse como miniserie de 5 comic-books entre mayo y octubre de 1998, Miller concibió cada doble página como si fuera una sola plancha. Su posterior recopilación en libro de tapa dura (formato elegido directamente para su publicación en Europa) convierte esas dobles páginas en páginas únicas en formato apaisado, por lo que ya desde su misma presentación física, 300 es un cómic atípico.

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