viernes, 16 de noviembre de 2007

μιλιζια


MILICIA


La manera de luchar de los espartanos era legendaria. Los reinos extranjeros que querían invadir Grecia buscaban antes una alianza militar con Esparta y colmaban a los espartanos de regalos. En cambio, el mejor presente que Esparta podía hacer a las otras ciudades griegas era un general.
LOS HOPLITAS. Espartanos eran los 300 hombres que contuvieron al formidable ejército persa en el desfiladero de las Termópilas y también los que, junto a los atenienses, los volvieron a derrotaren Platea. Entrenados desde la infancia para soportar el dolor, agitados por un impulso patriótico ferviente y ávidos estudiosos de la estrategia, los espartanos mantuvieron la preponderancia en Grecia durante el siglo V a. de C. Ello fue consecuencia del desarrollo de su técnica militar, yen especial de una nueva forma de ataque que consistía en el empuje frontal de una masa de guerreros dotados de armaduras pesadas, los hoplitas. Pero estos éxitos ahogaron a su sociedad en un militarismo ciego que anuló todas sus otras capacidades, hasta el punto de que la actividad cultural cesó.
TOTALITARIOS. En este militarismo yen otros aspectos —su xenofobia y su obediencia ciega a la autoridad, por ejemplo—, los fundamentos de la vieja ciudad helena concuerdan con las bases políticas de los totalitarismos del siglo pasado. Aunque Esparta nunca soportó tiranos, tanto Hitler como Mussolini y Stalin hablaban con admiración de ella, a pesar de que ninguno de los tres hubiera hecho allí una carrera muy brillante. LACONISMO. Les habría faltado una conducta meritoria que exhibir y les habrían sobrado todos sus recursos oratorios, porque los espartanos odiaban los discursos. De hecho fue para referirse a ellos para lo que nació el concepto de laconismo.

jueves, 15 de noviembre de 2007

λα πεδεραστια


LA PEDERASTIA


Según algunos autores (no todos, de hecho otros afirman lo contrario de lo que se dice a continuación), en Esparta, como en el resto de Grecia, la pederastia no sólo se aceptaba con normalidad, sino que estaba casi institucionalizada como parte del sistema educativo. A los doce años, según cuenta Plutarco, era corriente que tuvieran ya un amante de entre los muchachos mayores y más prestigiosos (el Erasta; del
griego "erastés" = el amante). La relación entre la pareja adquiría tal carácter oficial que en algún caso los éforos castigaron al erasta por una falta cometida por su efebo. No estaban bien vistos, en cambio, los celos o rivalidades por un mismo muchacho, sino que ambos rivales debían colaborar al unísono en la educación del amado (el Eronome; del griego "eromenós" = el amado).
Simultáneamente, sin embargo, el matrimonio y la procreación se consideraban deberes sagrados para con la ciudad, hasta el punto de que los solteros en edad de casarse eran objeto de particulares impuestos y de humillaciones públicas.

λα εδυχαχιον δε λασ νινασ


LA EDUCACION DE LAS NIÑAS


Las mujeres recibían también una educación gestionada por el Estado, basada en la gimnasia, la lucha y el atletismo, y que tenía como finalidad principal capacitarlas para engendrar niños sanos y fuertes. Se trataba de combatir los rasgos considerados femeninos (gracia, cultura) mientras se endurecía el cuerpo. La mujer espartana llevaba habitualmente el peplo arcaico, sin coser por el costado, lo que suscitaba bromas y comentarios lascivos entre los demás griegos, especialmente los atenienses, que las llamaban las fainomérides (“las que enseñan los muslos”). En las ceremonias religiosas y en las fiestas iban directamente desnudas, lo mismo que en las competiciones públicas de atletismo o lucha.
La educación femenina buscaba también reducir al mínimo los sentimientos: el matrimonio no debía ser sino la ocasión de producir futuros guerreros. Incluso el préstamo de esposas entre amigos se consideraba normal, y no era oficialmente vergonzoso ceder la propia a alguien más joven y fuerte que engendrara de ella hijos igualmente vigorosos. Con todo, la actitud ante la bastardía era ambigua, y claramente negativa cuando se refería a los reyes. Así, en el
412 adC, la relación de Timaia -mujer del rey Agis II- con Alcibíades constituyó un escándalo, y el hijo que tuvo, Leotíquides, fue excluido del trono por bastardo.Como contrapartida a su dura educación, las mujeres espartanas gozaron de una notable libertad de movimientos, a diferencia de las demás mujeres griegas, recluidas casi de por vida en el gineceo. Podían también heredar de sus padres, lo que les proporcionaba gran independencia de los hombres y solían ser ellas las que administraban la economía familiar.

δε λοσ σιετε α λοσ βειντε ανοσ


DE LOS 7 A LOS 20 AÑOS.


Al cumplir los siete años, los niños espartanos abandonaban su casa y quedaban bajo la autoridad de un paidónomo, magistrado especializado que supervisaba la educación. Se integraban en una agelé, especie de unidad militar infantil, bajo el mando de un muchacho mayor, el irén (de diecinueve años cumplidos). Aprendían entonces a leer y a escribir (según Plutarco, este aspecto se reducía al mínimo indispensable), así como a cantar (principalmente las elegías de Tirteo, que servían como cantos de marcha). Pero lo esencial de su formación consistía en endurecerlos físicamente por medio de la lucha y el atletismo, y en aprender el manejo de las armas, a marchar en formación y, por encima de todo, a obedecer ciegamente a sus superiores y buscar siempre el bien de la ciudad. Plutarco lo expresa así: "Licurgo acostumbró a los ciudadanos a no saber vivir solos, a estar siempre, como las abejas, unidos por el bien público en torno a sus jefes" (Vida de Licurgo).
El Estado asume la tutela hasta los veinte años. Durante la infancia, todo el énfasis se pone en el rigor y la disciplina. Estos dos principios son la quintaesencia de lo espartano. A los niños se les corta el pelo al rape (más tarde, cuando sean efebos, lo llevarán largo y bien cuidado), van habitualmente descalzos y hacia los doce años sólo se les permite ya un
himatión (manto de lana de una pieza) al año y ningún quitón (la habitual túnica corta, atada sobre los hombros). De hecho, la mayor parte del tiempo -en el gimnasio, en sus juegos- van desnudos y mugrientos, porque raramente se les permite bañarse. Las raciones de comida se reducen al mínimo imprescindible, lo que les obliga a robar si quieren evitar el hambre o así se lo manda su irén (y, de ser sorprendidos, se les castiga severamente no por el robo mismo, sino por su torpeza al cometerlo). Duermen en un lecho de cañas recogidas en el Eurotas, que deben cortar a mano ellos mismos, sin herramientas de ninguna clase. Pese a todo, los niños y jóvenes cuentan con servidores que les atienden, salvo durante la Krypteia. Al convertirse en efebos (hacia los quince años) se dejaban el cabello largo propio de los soldados, limpio y perfumado, en honor de la opinión atribuida a Licurgo, para quien la melena hacía a los guapos más apuestos y a los feos más temibles.
La esmerada atención que en Atenas y otras ciudades griegas se prodigaba a la educación retórica, en Esparta estaba orientada a formar en la máxima economía expresiva, hasta el punto de hacer proverbial la concisión espartana al hablar (
laconismo). Se esperaba del joven que llegara a expresar sus ideas con solidez, pero de forma breve y mordaz, al tiempo que con gracia.
Toda la ciudad vela por la disciplina de los jóvenes. Cualquier ciudadano o compañero de más edad puede reñir a los niños o sancionarlos con castigos físicos: hacerles pasar hambre, morderles el pulgar, azotarlos... Esta dureza, lejos de ser herencia de Licurgo, irá incrementándose a lo largo de los siglos de manera completamente inconexa con las auténticas necesidades militares de la ciudad. Así, durante la ‘’
Pax Romana,’’ cuando Esparta se ha convertido en un poblachón sin importancia de la provincia de Acaya, las ceremonias a manera de novatadas en el santuario de Artemisa Ortia (combates rituales disputándose pilas de quesos colocados sobre los altares) se convierten en el sádico ritual de la dimastígosis, en la que a los niños, desnudos y al sol, se les flagela incluso hasta la muerte, ante las ávidas miradas de los espectadores, venidos de toda Grecia.
Durante la adolescencia, se pone especial énfasis en el aidós ("pudor", "decencia"). En la primera edad adulta se insistirá de modo particular en la emulación y la competencia, principalmente para llegar a ser uno de los "
Hippeis". A partir de los veinte años, los jóvenes espartanos siguen viviendo en un régimen de cuartel y forman los grupos de ‘’sfareis’’ (jugadores de pelota).
Todo este entrenamiento hace de los espartanos los soldados más temidos de Grecia y figuran, probablemente, entre los mejores combatientes de la Antigüedad.

δελ ναθιμιεντω α λωσ σιετε ανοσ


DEL NACIMIENTO A LOS 7 AÑOS

Esparta implantó una estricta eugenesia destinada a conseguir niños sanos y fuertes. De acuerdo con Plutarco (Vida de Licurgo ) nada más nacer, el niño era examinado por una comisión de ancianos en la Lesjé (“Pórtico”, “Soportales”), para determinar si era hermoso y de constitución robusta. En caso contrario se le llevaba al Apóthetas, una zona barrancosa al pie del Taigeto, donde se le arrojaba o abandonaba en una cima. Se buscaba eliminar así toda boca improductiva. Si el niño (o la niña) superaba la prueba, era confiado a su familia para que lo criase.
Durante su estancia en el ámbito familiar no se mimaba al niño. Se instruía especialmente a las nodrizas para que lo criaran sin pañales que constriñesen su crecimiento o debilitaran su resistencia al frío y al calor. Al niño pequeño se le prohibía toda clase de melindres, caprichos o rabietas, y debía acostumbrarse a estar solo y a no temer a la oscuridad. Era también costumbre bañarlos con vino, pues existía la creencia (así lo afirma el mismo
Aristóteles) de que provocaba convulsiones, haciendo que las naturalezas enfermizas sucumbieran enseguida y robusteciendo, en cambio, las sanas. Las nodrizas espartanas llegaron a gozar de fama en algunas regiones de Grecia. Espartana era, por ejemplo, Amicla, la que crió al ateniense Alcibíades.

λα αγογε



LA AGOGÉ

A partir del siglo VI (hacia el 550 adC), la educación cambia de naturaleza. Se convertirá en la agogé (aunque este nombre es en realidad de época helenística): un sistema educativo profundamente original en su época por sus características, ya que es:
Obligatorio: constituye un requisito indispensable para la plena ciudadanía. Para
Jenofonte, aquellos que no han pasado por la agogé son ciudadanos de categoría inferior que no pueden acceder a las magistraturas ni a los cuerpos de élite o, según Plutarco, son directamente privados de sus derechos ciudadanos. Por el contrario, se puede dar el caso de no ciudadanos (presumiblemente ilotas) que, aceptados en el sistema educativo de la agogé, llegan a ser hombres libres: son los llamados mothakés (ver Ilota).
Colectivo: frente a la educación personalizada con un preceptor esclavo, al estilo de otras ciudades griegas, la agogé se estructura en etapas para grupos de niños de edad similar.
Organizado por el Estado: es el propio gobierno de la ciudad el que gestiona la educación pública como una de sus principales misiones, lo que merecerá la alabanza de
Platón y Aristóteles. Además de contar con magistrados especializados, los éforos llevan a cabo personalmente una supervisión diaria.
A partir de este momento los ciudadanos se preparan para la vida militar ya desde la misma infancia. A los siete años se les aparta de sus familias y comienzan a vivir en barracones de estilo militar con los compañeros de su misma edad, sometidos a un entrenamiento que busca convertirlos en guerreros perfectos, preocupados sólo por el bien del Estado.
Aunque la agogé se atribuye a
Licurgo, no se encuentra referencia histórica alguna a ella hasta el siglo IV adC, en concreto en Jenofonte (República de los Lacedemonios ).

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Σοβρε λα πελικυλα


SOBRE LA PELÍCULA:
La historia comienza con la llegada a Esparta de un emisario del rey Jerges, quien demanda a la ciudad rendirse ante el "rey dios" persa. El rey Leónidas lo asesina,no sdin antes hacer alarde de su genio,y osadia espartana. Pero no logra la aprobación de las autoridades religiosas para ir a la guerra en forma completa, pues estas habian sido sonornadas por los asiaticos, para impedir la guerra con esparta. Ante esto, toma a los 300 mejores espartanos y se avntura a combator sólo con ellos, argumentando que serían su "guardia personal", con lo cual va a la guerra sin declararla formalmente, puesto que según los Éforos (sacerdotes de los antiguos dioses), se encontraban en las fiestas religiosas de la carneia en agosto, y esto les impedia entablar batalla.
Ante ellos se presenta Efialtes, un guerrero deforme,que pide al veloroso rey unirse en combate con ellos. Leónidas lo rechaza por no poder alzar su escudo apropiadamente, ya que la forma de luchar de los espartanos, se basaba en una falange, en la que cada miembro, protegia al soldado de su izquierda desde el muslo hasta el cuello, y si tan solo uno de ellos, fallaba en su lavor, toda la falange se vendria abajo.
Los espartanos establecen una defensa en el paso de las Termópilas. la idea del rey leonidas, era que el mopnstruoso ejercito de asia, no pudiera atrabesar debidamente aquel angosto paso, y asi acometida tras acometida, el ejercito persa se estrallaria contra los escudos espartanos, y las bajas de jerges serian tan cuantiosas, que no le quedario otra opción que la de avandonar su campaña. así consiguen rechazar a todos los ejércitos que se envían gracias al estrecho espacio del mismo que no permitía a los persas aprovechar su superioridad numérica; pero son derrotados cuando Efialtes le revela a Jerges la presencia de un caminode pastoreo oculto mediante el cual los persas logran rodear a los Espartanos. Ante esta noticia, Leónidas obliga a Dilos ( el narrador de la historia) a volver a su patria, y contar todo lo ocurrido en las Termópilas.

Jerges intenta humillar a Leónidas una vez más forzándolo a rendirse. Éste arroja al suelo su casco y su escudo, al principio, los persas se cren poseedores de la victoria, pero todo ello, era solo una parte del espectáculo que los espartanos tenian pensado enseñar a los persas.
En ese momento, el valeroso rey, grita el nombre de "Dilos". Este haciendo alarde de una destreza fuera de lo normal, salta sobre su rey, y ensarta con su lanza al persa que este tenia en frente. Así empieza la última escaramuza que terminaria con la muerte de los 300 espartanos.
El final de la pelicula es un pequeño fragmento de la última batalla de las Guerras Médicas, en la cual, 10000 espartanos, a la caveza de 30000 griegos, se enfrentan un ejercito persa que les triplicaba en número, y aun asi consigieron la victoria, y liberaron al mundo del misticismo y la tirania.